Siempre sentí ese pálpito, ese miedo interno que no me permitía ser feliz al lado de ella. Y es que después de tanto tiempo, tras superar tantos capítulos y obstáculos para poder conocer al amor de mi vida, esa luna verde mohosa empezó a cambiar de tamaño y aspecto. Nunca dejó de intimidarme su magia mientras posaba al lado de la blanca.
Mi creador,HarukiMurakami, tuvo a bien mostrar una historia de amor entre una chica peligrosa como Anomame, y este servidor, Tengo, un simple maestro de escuela introvertido al que siempre le costó abrirse ante el mundo en general.
Recuerdo nuestro primer encuentro en ese parque. Sigo pasando horas contemplándolo todo desde mi ventana. Bajando la mirada me he concentrado en los columpios y en aquel tobogán, desde donde le pedía a las lunas poder hallar a mi amada desconocida. Ayer volví a montarme sobre él, levanté de nuevo la vista y sentí una sensación extraña y dolorosa. Una jaqueca inmensa acompañada de un terrible mareo incesante se apoderó de mi hasta caer de bruces en la dura tierra.
Cuando abrí los ojos, ya no era yo, un japonés de talla baja y piel amarillenta. Me había convertido en un enorme búfalo portador de dos majestuosos cuernos que significaban sabiduría. Ya el parque no existía, tan solo un campo verde hermoso con una niebla de fondo en forma de cascada. Allí estaba ella, toda hermosa y radiante, acompañada deMidori, la chica enferma de Tokio Blues.
Me acariciaron sonrientes mientras contemplaban las lunas. Al rato se fueron dejándome solo. Ahora tan solo había luna llena blanca. La verde se ocultaba tras ella para finalmente desaparecer. Jamás volveré a recobrar mi apariencia y personalidad anterior. Ya no regresará a las aulas ese profesor callado y soñador.