Porque brillan a la luz de los neones del Carrefour

cuando yo te recojo 

siempre tarde, al anochecer 

por verte en el resplandor grisáceo

color polígono-industrial 

como un campo de rosas

al final de la batalla 

 

Tu belleza es como una tregua 

que dura solo un instante

una mina antipersona que estalla y se va

dejando polvo en su estela

entre horizontes partidos

de toldos verdes desgarrados

y recambios de motores 

de coches rotos como los sueños

 

Tu pupilas saben a desidia

y tus labios a motín

la revolución que no cuajó

o que sí cuajó pero solo 

a medias, solo un poquito

cuando ya la abandonaste

 

Y solo esto nos queda

una vaga ilusión

de un tren que perdiste

Un futuro que no viene

 

Como el día que 

me viste, 

en el banco del cercanías

con la mirada ausente 

Como el hueco de un ascensor

 

me agarraste de la mano

y dijiste llévame de aquí

 

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