Se han alzado los muros de estas ruinas
donde antaño habitaban seres buenos,
de paz los corazones siempre llenos,
convertidos hoy en manchas vespertinas.
Han tejido estos seres mantas finas,
protegiendo del frío sus terrenos
por miedo convertidos en ajenos
y han corrido asustados sus cortinas.
Se ha perdido el calor dado al extraño,
la solidaridad y la ternura,
desapareció el amor sin condición
y fue reemplazado por el daño,
por el odio, la rabia y la locura,
viles muros de cruel jurisdicción.