Me encanta chupar la sangre de estos aficionados al futbol. La dieta alimenticia que siguen hace que sepa deliciosa. Y ya no digamos si les gusta la cerveza…Fue una suerte que el hombre, en cuya cabeza habito, decidiera venirse a Rusia a los mundiales. He saltado de cabeza en cabeza convirtiendome en un auténtico gourmet internacional de linfas. Ya sé hasta decir gol en coreano: mogpyo y mierda en pitjantjatjara australiano: kuna.

El otro día en semifinales me encontré a un colega. Pero hablaba ruso y no le entendí ni torta, ni él a mí, claro, porque hablo manchego. Tan solo cuando le hice un hueco en la cabeza que estaba libando, le escuché mascullar un «spasiva», que supuse un gracias. Aunque podría haber sido un «tu padre».

Ya tengo mi equipo favorito para la final. Y, he trazado un plan infalible para ayudarles. Pasaré de cabeza en cabeza hasta la portería rival y, con cuidado y suma delicadeza bajaré al vello testícular del cancerbero. Cuando mi equipo ataque por la banda y vea una buena oportunidad de gol, le arrearé tal mordisco y picor en sus partes al gachó, que olvidará todo salvo aliviarse el come come.

Será un hito conseguir tamaña victoria gracias a mis succiones. Ya me imagino los titulares: «Piojo español, de Albacete, logra la victoria de los croatas arreandole un mordisco en los testículos al portero de la selección francesa». Estoy seguro de que toda españa se alegrará, pues los franceses no nos caen especialmente bien y siempre andamos teniendoles ganas. El consuelo de este titular, aliviará la pena patria de haber sido eliminados.

Seré recibido como un heroe nacional. Un segundo Don Quijote de La Mancha o Don Piojote de la Mancha o Don Piotote del mundial. El caso es que, mi humilde vida de piojo de cabeza, traspasara las barreras de lo que se espera de un ser de mi baja condición.

¡Plaf! ¡Ay, me han dado! ¡A la porra mis sueños!

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