De fobias hay todas las clases; desde fobia a las arañas, a los payasos, al comprormiso…ya sabeis como va esto…. un miedo atroz, excesivo, te sudan las manos, notas un hormigueo en las piernas, a puntito estuve de marearme…..una ansiedad y un nerviosiosmo exarcebado. …. O por lo menos eso dicen los que sufren de FOBIAS. Sí, digamoslo muy grande, en mayusculas. una palabra que produce que situaciones pequeñas se salgan de madre. Sé de lo que hablo. Mi mujer tiene miedo a volar.
Yo al principio era más incredulo con esa fobia tan común, y la comparaba burdamente con el miedo en el trabajo ante situaciones estresantes y marrones de última hora, que sí, también producen taquicardia pero no están socialmente definidas como fobia.
«Ansiedad, bah. No será para tanto.» Y lo era, Para tanto o más.
Lo vivi en primera persona cuando vole con ella a Mallorca. Primero tenía la cara amarilla, luego blanca… parecía un camaleon cambiando de color segun despegamos. Las azafatas la tenían fichada y hasta la ofrecieron un vaso de agua, ella solo murmura histerica: voy a morir. Y yo colaborativo le propuse beber whisky, coñac o lo que ella quisiese, que muriese feliz y borracha si se daba la tragica ocasión.- ¡Callate !- me espeto. – No ayudas. Este avión se cae y tu diciendo chorradas.
Se aferro al cinturón de seguridad con tanta fuerza y con las mandibulas desencajadas que ¡caray! yo en vez del avión, pensaba por su solemne expresión que estabamos en el parque de atracciones bajando la montaña rusa a toda pastilla. Cuando dejo de gritar que nos moriamos, auxiliada por azafatas profesionales y hasta por un medico del avión, entre ellos decidieron darle un somnifero o un ansiolitico. Pero no fue hasta que aterrizamos después de un viaje marcado por su expresión de terror, que le hicieron efecto.
Al desembarcar, ella me dijo: la proxima vez venimos en ferry.
Yo le replique que yo de luna de miel quería ir a Nueva York, pero que a Mallorca podiamos ir en ferry.
El viaje a Nueva York fue un poco más tranquilo, la emborrache antes de montar al avión. Y como les decía, si consigues que alguien con fobia a volar te acompañe en un vuelo transoceanico, eso es amor del bueno.