No es que esté renaciendo
Por cuenta de la infalible primavera
Y que tú no te inmutes insensible
Ante el triunfo de la vida
No es que haya perdido el sentido
Por medir mi existencia en eones eternos
Ni que tu fugacidad espontánea
Me parezca insolente
No es que quiera burlarte
La alegría de mis colores
La ternura descarada
De mis brotes diminutos
No es que quiera impresionarte
Con mi sólida presencia
Ante la que envejece el tiempo
En que mueres y retornas
No hay palabras
Pero mi forma inefable de contar
Dice una saga.
Solo soy.
Efímera.
Aquí estoy.
No hay lenguaje
Pero mi forma secreta de escuchar
Oye un destello.
Solo soy.
Eterna.
Aquí estoy.