Ya que me han pedido tan insistentemente que me describa, y puesto que en realidad, yo soy un hombre que me debo a los españoles, he decidido que no podía hacer otra cosa que explicarles, modestamente, eso sí, cómo soy.
Pero permítanme que les diga primero lo que decididamente no soy. Yo no soy uno de esos irresponsables que empezarían este texto alabando sus propias virtudes. Aunque podría desde luego, puesto que son numerosas y dignas de admiración.
Tampoco soy la clase de persona que emplearía esta oportunidad para atacar, cobardemente a terceros que no están presentes. Puesto que estas personas, que ya saben muy bien ellos quienes son, ya tienen bastante con una existencia despreciable, y no se merecen ni mi tiempo, ni mis palabras.
Y por supuesto, lo que sin lugar a dudas no soy, es un hombre que trataría de compararse a toda costa con otras personalidades. Dado que yo no tengo en absoluto esa necesidad, carezco de cualquier tipo de complejo, y en ningún caso he realizado gestos que intentaran artificialmente engrandecer mi imagen pública.
Así que, una vez aclarados estos importantes puntos, puedo comenzar a, lo que por otro lado es casi innecesario, indicar amablemente quien soy. Y trataré de hacerlo, con palabras simples, que permitan a mi audiencia comprender el contenido del mensaje.
Sencillamente yo soy un hombre que ama a la humanidad. Y muy especialmente a una parte muy concreta de la humanidad. Yo, me amo a mi mismo.