“Autorretrete”. Qué discazo. Hace años aluciné con canciones como “Cunnilingus postmortem”. Qué buena la que decía…
“Me avergüenzo,
cada día de la semana,
de toda la raza humana,
de toda la población.
Me avergüenzo,
de las cosas de la gente,
de la gente que hace cosas,
de quien no hace nada también”.
No puedo citar a Neruda, pero sí a un grupo de Punk-rock progresivo y zafio. Además, como ellos, puedo ser bastante zafio. Y al mismo tiempo puedo ser delicado.
Delicado.
La palabra delicado me transporta a “Deliplus”, a esos productos que veo cuando voy al Mercadona. Ahora pienso en la higiene femenina y en aquella vez que mi madre me mandó a comprar, entre otras cosas, compresas. Recuerdo que lo pasó bastante mal al mandarme este recado. Yo tendría unos 10 años y sabía perfectamente lo que era la regla, lo que me parecía lo más natural del mundo, así que no comprendí ese reparo que sentía ella. ¡Ay, mamá…! Me viene a la cabeza el “Bohemian Rhapsody”, con su…
“Mama, huuhuhuhu… I don´t wanna die”
Y su…
“Is this the real life? Is this just fantasy?”.
Fred tenía razón. Todo esto no son más que fantasías. Así que descargo todas mis reminiscencias en el váter. Tiro de la cadena. Veo cómo las cenizas del pasado dejan paso a un agua en calma. Me he quedado totalmente vacío. Y me doy cuenta de que, estando así, totalmente vacío, hay sitio para cualquier cosa.