¿Que soy un tipo estupendo y guapo…? Pues claro. Ya me lo digo yo cada día mirándome en el espejo. Primero, porque es verdad. Luego, porque es bueno decírselo uno mismo. Pero ¡gracias, señora! Es estupendo que me lo diga usted.

Dicen que estoy mejor ahora que he perdido esos kilitos de más que cogí a cuenta de los problemillas de bronquios. Menos mal que los he perdido. Me gusta estar y sentirme bien. Para eso me cuido, ¡cuerpo y mente!

La parte del cuerpo ya no es lo que era, que cincuenta y varios años no pasan sin dejar huellas. Pero trabajar en el huerto, pasear con el perro algunos kilómetros cada día y no apoltronarme, de momento me lucen.

Lo de la mente es más difícil de ver, pero tampoco la llevo mal colocada. ¿Que no se ve como soy? Pues eso. Pero que soy y actúo de forma clara y contundente no lo puede negar quien me conozca un poco de tiempo, eso sí ¡prestando atención! Que tampoco hay que ponerle fácil las cosas a la gente que trato, unas difíciles y otras más.

Mi cara no habla, si yo no quiero, pero lo dice todo si quiere que me entiendas. Mi sonrisa está por defecto… no hay que ahorrarse ni una. Que para cuando no procede alegrarse, también tengo la cara dispuesta. ¿Expresiva? no diría yo tanto, ¿comunicativa?, lo digo.

En conjunto, agradable de ver, interesante de conocer y atractivo para adivinar. No estoy nada mal.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *