– ¡Corten! A ver, Ramiro, el público tiene que poder ver el plano, ya sabes que la gracia del momento está en que no llevas realmente un plano, sino un cartel de la función.

– Perdona, tío, es verdad.

Ramiro y David recuperan sus posiciones iniciales fuera de escena.

– Estoy hasta las narices de este déspota –le dice Ramiro a David.

– Ya, macho, pero es que ya van tres repeticiones de esta escena, te tienes que centrar un poco.

Mientras, se oye a Joaquín, el director:

– ¡Acción!

Se escucha una música alegre, y Ramiro y David entran bailando a escena. Desde fuera, varias cámaras siguen sus movimientos. Joaquín está sentado viendo la grabación en la pantalla de plasma de una de las cámaras.

En esta ocasión, Ramiro muestra el plano mientras David señala hacia arriba, haciendo el movimiento de Saturday Night Fever.

En el plano puede leerse: “Obreros rudos de la construcción reciclados a Boys” y se ve un dibujo de un hombre muy musculoso en slips.

– ¡Corten! – dice de nuevo Joaquín.- Vale, chicos, esta es válida.

Teresa ha estado observando las repeticiones de la escena. Se acerca a Ramiro, le dice:

– Menos mal, Ramiro, nos estabas poniendo nerviosos a todos.

Ramiro se queda muy serio al escuchar esto. Se quita las gafas y marcha hacia los camerinos, sin contestar. Teresa no le sigue, se queda con David, le dice:

– ¡Me has gustado mucho!

David se quita las gafas, la mira fijamente y después sonríe. Le contesta:

– Vamos a tomarnos un café.

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