Camino por el bosque de tu ausencia
herido de dolor, sin más,herido,
herida la manada a cada paso.
No escuchas a estos ojos suplicantes
que aúllan mi clamor, mi mal, mi espanto.
El cielo trae la muerte intermitente
borrando de este mapa mi figura;
en negro dibujada tu conciencia,
me olvidas, y es tu olvido el más presente.
Quisiera no existir,no ser, no nada,
quisiera despertar y estar intacto,
oler a verde campo y a las huertas,
y ver crecer la vida a cada paso.
Cualquier noche la luna soberana
será implacable juez de mis desvelos,
y dictará jirones de mi sino,
en un burdo compás de frío y muerte.
Quien sabe si los hielos de este cuerpo,
aquellos que en azul pintan mis miembros,
brotaron de tu pecho y de tu alma alguna tarde
gris de polvo y miedo.
Quien sabe si al dormir, en tu reducto,
tus ojos un instante,levemente,
recuerden esta imagen de nosotros,
sin más que darte ya, yaciendo inertes.