
Y acaso sordo y ciego yo ignorara
las señales de rechazo en toda cara
espetándonos cual testigo que declara
que nuestra relación es mala y muy, muy rara,
mas yo sé que si lo nuestro terminara
mi corazón roto igual se para.
Pues sabes que con locura te quiero
y para mí el amor es siempre lo primero
antes incluso que la salud y que el dinero
y lo que siento es puro y verdadero.
Sé que sólo eres un toro y yo un torero
y que mi curro es matarte cual guerrero
mas me enamoré aquél día de lluvia en la plaza
al verte tan fuerte y gallardo de gran raza
olvidé tus señales y mugidos de amenaza
y quise compartir contigo de café una taza,
así que detuve la corrida aquella baza
y a casa te llevé, te tengo en la terraza.
Sé que el sexo es díficil por los cuernos
que se me clavan y duelen como infiernos
pero sé que lo tuyo son mugidos tiernos
y abrazado a ti pasaré todos los inviernos
a pesar de protección animal y los gobiernos
intentando separar nuestros besos eternos.
Me dicen los fachas que lo nuestro es abyecto,
que un torero debe matar, no poner erecto,
y me dicen los progres que quererte no es correcto,
que no puedes consentir ante mi afecto.
Mas yo sé que si hablaras en humano dialecto
me dirías que te gusta lo que te hago por el recto.
Yo sé que eres mucho más que un animal
y que lo nuestro no es sólo amor carnal
pues lo que siento es profundo y muy real
y acariciándote te sientes especial.
De lo nuestro no sale ningún mal,
al contrario: quererte es… ¡muy natural!
FIN