Y de la nada venimos.

De las gotas de agua, del polvo de estrellas, del Bing y del Bang

De naturalezas muertas, de rayos de sol perdidos y tormentas de arena

No me importa mucho, ni me importa nada

de dónde venimos, los que respiramos de este mundo

De este aire, sin apenas aliento, sin apenas oxigeno

Pero con mugre de vida, de vaciar lo peor de cada uno,

de quitarnos la porquería, la cochambre, hasta desangrar esta tierra

que tanto tiene, tenía o habría tenido.

Pero que no tendrá, hasta que cada uno de nosotros, hijos de Diógenes

nos demos cuenta que lo que sí importa es:

A donde vamos, a donde nos lleva el cambio, el orden, el poder:

A tu puerto, al calor de tus besos, al cariño de tus ondas

De las dunas desiertas, de las que siempre y a nuestro pesar

Siempre y a su pesar, el verde de la vida, renacerá.

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