Desde la negra sombra de la noche,
Escondida en la espesura del sueño
Regresando del olvido de la escarcha
Claro atisbo de la aurora.
Insospechadamente tenue,
Pero tenazmente sorprendente,
Surges del fondo del alma cenicienta
Del polvo gris de la cotidianidad,
De la piedra dura que no quiere amigos ni recuerdos.
Vienes con tu debilidad de brizna
Con tu fragilidad de verde indumentaria;
Llegas alumbrando un futuro que ha de ser,
Un mañana que no se puede demorar.
Ni el polvo, ni la piedra,
La escarcha ni la noche,
Sabrán jamás que tú
ya estabas en su vientre
Que alimentaron tu simiente
Que su pigmento alumbra tu color
Que su silencio es la melodía
De la danza sensual que me regalas.
Esperanza esmeralda de femenina esencia
Preñada de futuro, cuajada de promesas,
Que quedarán prendidas
Al pie de este poema ………..