Me está engañando. Me está engañando fijo. Y yo paseando mis cuernos sin saberlo, hasta ahora.

Qué hijo de puta. Esto no se hace. A nadie, pero menos a mí. Qué cabrón. Y ahora dice que tiene que ir unos días a Cracovia por trabajo. Mentira. Va a Berlín para estar con su amante. El muy mamón me manipula como quiere. Así que he cogido un avión de Norwegian y me he plantado en Berlín. Voy a llamarle para inventarme que he ido a Cracovia por sorpresa, que dónde quedamos. Sólo por oírle balbucear una excusa improvisada sobre por qué no está en Cracovia, merecerá la pena. Sé que está aquí en Berlín.

Arturo, hola, le digo cuando descuelga. ¡Estoy en Cracovia! ¿Cómo nos vemos?

Alicia, ¡qué sorpresa!, responde, el mamonazo. Podemos quedar en la plaza de la catedral, o directamente en el hotel.

No doy crédito. De verdad estaba en Cracovia, el muy mamón. ¿Por qué me dice que va a Cracovia para que yo piense que va a Berlín, cuando en realidad va a Cracovia? Qué hijo de puta, no doy crédito, le vuelvo a dar otra vuelta: ¿por qué me dices que vas a Cracovia para que yo piense que vas a Berlín, cuando en realidad vas a Cracovia? No lo entiendo.

Joder, a ver cómo le explico ahora que no estoy allí porque es un cerdo y me había dicho la verdad. Qué cabrón.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *